sábado, 17 de enero de 2009

ESCUCHAR... PARTE DEL AMOR

Un joven fue a la guerra dejando a su mujer encinta. Dos años más tarde al volver a casa, su mujer fue a recibirlo con su hijo. Al reunirse lloraron de alegría. En Vietnam tienen la tradición d honrar a los antepasados, así que el marido mando a su mujer al mercado para comprar todo lo que necesitaba para la ofrenda.´
La joven madre fue al mercado. Durante el tiempo que estuvo fuera, el padre estuvo intentando convencer al hijo para que lo llamara papa. Pero el niño se negaba:"Señor usted no es mi papa" Mi papa es otra persona, viene a vernos cada noche y mi mamá habla con él y a menudo los dos lloran juntos. Y cuando mi mamá se sienta, él también se sienta. Y cuando mi mamá se acuesta él también se acuesta".
Después de escuchar estas palabras la felicidad del joven padre, se esfumó por completo. Su corazón se convirtió en un bloque de hielo. Se sentía herido y profundamente humillado, por eso cuando su mujer volvió a casa, ni siquiera la miró ni le dirigió la palabra. La ignoró por completo.
La mujer empezó a sufrir en silencio, sintiéndose humillada y dolida.
Empezó la ceremonia y no dejo a su mujer que ella hiciera su ofrenda por no considerarla digna para hablar con los antepasados y su esposa se sintió profundamente humillada por ello.
Al terminar la ceremonia, él no quiso quedarse en casas para comer, se fue al pueblo y se paso el día entero en el bar. Intentó olvidar su sufrimiento bebiendo y no volvió a su hogar hasta altas horas de la noche. Al día siguiente hizo lo mismo y continuó haciéndolo durante semanas. Pero su joven esposa no pudo soportarlo más, sufría tanto que al final acabó arrojándose al río y se ahogó.
Cuando el joven padre se entero, volvió a su hogar y esa noche fue él, en lugar de la esposa, el que encendió la lámpara. De pronto el niño señalando la sombra de su padre proyectada en la pared gritó. " Señor, señor...este es mi papa ha vuelto!
Como ya sabe viene cada noche a verme...
En realidad aquella mujer se había llegado a sentir tan sola, que cada noche hablaba con su propia sombra diciéndole: "Querido, que lejos estas ¿Como voy a criar mi hijo yo sola? ...Vuelve pronto a casa..."
Y entonces echaba a llorar y cada vez que se sentaba, su propia sombra como es natural hacía lo mismo.
El esposo vio que se había equivocado pensando mal de su mujer, pero ya era demasiado tarde, ella ya estaba muerta.


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